martes, 15 de diciembre de 2009

Apología-G.K.CHESTERTON

Apología-G.K.CHESTERTON

Primer artículo del número de muestras (adelantado) del "G.K. Weekly" (8 noviembre 1924), semanario dirigido por Chesterton.


Me propongo dar a esta publicación muy mal nombre y aferrarme a él. Cuando se me sugirió que empleará en el título las iniciales de mi nombre, la proposición me inspiró un horror que se ha convertido en aversión. Debo al lector una breve exposición de las razones que me inducieron a aceptarla: la principal de las cuales es que a causa de circunstancias peculiares, es difícil encontrar otro título. Es cierto que los títulos periodísticos son por lo común inadecuados. El periódico llamado Daily Herald probablemente muestre poca afición a la heráldica. El periódico titulado The Nation se ha mostrado siempre particularmente hostil a la nacionalidad. Hasta se podría decir que el órgano de las guildas, llamado New Age (nueva era), debiera llamarse más bien Middle Age (edad media). Pero en nuestra situación hay algo que difiere de todos estos periódicos; no es por simple vanidad que decimos es a la vez universal y único en su clase.

Deseo que esta publicación represente ciertas ideas muy normales y muy humanas; pero es un hecho indiscutible que no serían publicadas en ningún periódico más que en este. No son manías; son sólo tradiciones que serían desestimadas, mientras que las manías son bien recibidas por estar a la moda. Tampoco son excentricidades; no son sino las ideas centrales de la civilización que han sido olvidadas en un maremágnum de excentricidades. Pero por haber sido olvidadas, vuelven a ser nuevas, y porque han sido olvidadas en otras partes, las hallará aquí solamente. Son verdades de sentido común en un mundo en que ese sentido ha dejado de ser común.
Tomaré como principal ejemplo el problema actual de la pobreza y de la riqueza. En el problema, mi posición parecería singularmente sencilla. Y es, sencillamente, que me opongo cordialmente al bolchevismo y a los Trust. Creo que es posible restablecer y perpetuar una razonable y justa distribución de la propiedad privada; y en este periódico daré las razones que inducen a creerlo. Por el momento, lo importante es esto: ninguna otra publicación en este país puede ser cordialmente opuesta, tanto al bolcheviquismo, como a los Trust. Un diario como el Daily Mail opina que debemos tolerar algo de los Trust, porque la única alternativa es el bolcheviquismo. Y él Daily Herald opina que debemos tolerar algo del bolcheviquismo, porque la única alternativa son los trust. El Daily Mail no puede tratar de destruir los trust, porque él forma parte de un Trust. El Daily Herald no puede tratar de derrocar el bolcheviquismo, porque su mejor apoyo lo halla entre los bolcheviques. Para ellos no hay más que dos partidos que tomar, y son opuestos. Pero para mí hay otro, el tercero; y ningún otro diario lo defendería, ni siquiera lo mencionaría. Este tercer camino a seguir ha sido llamado "distributismo", expresando que habría las esperanzas de distribuirla equitativamente la propiedad privada. Pero si yo le diera a este periódico el título de "la revista distributiva" (como se ha sugerido), produciría justamente la impresión que desea evitar. Daria la idea de que un distributista es algo así como un socialista; un pretencioso, un pedante, una persona con una nueva teoría de la naturaleza humana. Mi opinión es que esta solución es simplemente humana y que las otras soluciones son deshumanizadas. Esta es mi opinión. Decir que debemos tener socialismo o capitalismo es como decir que debemos optar por que todos los hombres entren a los conventos o que unos pocos tengan harenes. Si yo negara esa alternativa sexual, no sería necesario llamarme a mí mismo monógamo; me contentaría con llamarme hombre. Apelaría a toda nuestra tradición normal y nacional de virilidad. Si fundara un diario que negara esa alternativa, no querría titularlo "La revista monógama". Y si lo hiciera, 9 personas de cada 10 pensarían que yo era algún otro pedante, levemente distintos de los anteriores, y tendría la vaga idea de que un monógamo era tan loco como un mormón. El paralelo es bastante exacto en este caso. Porque el gran Trust no tiene más derecho de absorber en un monopolio todas las fortunas privadas y afirmar que así defienden la institución de la propiedad, que el que tiene el gran turco de raptar a todas las mujeres y encerrarnos en un harem, afirmando que así defienden la santidad del matrimonio.
Cualquier otro paralelo sería igualmente bueno, en cuanto se tratase del insensato dilema y de la sensata alternativa; y tal vez cuanto más fantástico juega en paralelo, tanto más exactamente se lo podría aplicar al caso. Si todos los diarios hubieran llevado al público la idea de que debemos elegir entre ser vegetarianos o caníbales, podríamos necesitar algún diario indicara ya que esa alternativa era un disparate. Pero no mostraremos muy brillante criterio periodístico si lo tituláramos "El antiantropófago carnívoro". Sería una correcta descripción de nuestra costumbre normal de comer carne de carnero, pero no de comer hombres. Es una bárbara mezcla de griego y del latín, pero con todo, parece ser una palabra realmente científica. Lógicamente si no lingüísticamente, es un término de exactitud perfecta. Pero aunque casi todos somos carnívoros antiantropófago, nunca lo mencionamos, especialmente si queremos convencer a nuestros vecinos de que somos sencillamente personas sensatas; y lo somos, en efecto. La dificultad consiste en que cualquier título que define nuestra doctrina, la hace parecer doctrinal. Y es que la verdadera idea de la propiedad privada ha sido descuidada por la que tan largo tiempo en Inglaterra, que no hay fraseología popular fácil que se refiere a ella. Ha tenido que inventar sus propios términos y son necesariamente confusos y complicados; y es tan antigua esa idea que ha llegado a se nueva. Al mismo tiempo, necesito un título que indique que el periódico es de controversia y que ésta es la tendencia general que defiende. Necesito algo que sea reconocido como bandera aunque esta sea fantástica y ridícula, que algún punto represente un desafío, aunque éste sea recibido con cierta benévola ironía. No quiero un nombre incoloro, y lo más parecido a un símbolo que se me ocurre es sencillamente mi propia bandera.
Por ejemplo, la primera prueba de que algo es familiar, es cuando resulta divertido. Hay bromas respecto a los que se benefician con las guerras y también respecto a los socialistas. Pero no las hay con respecto al Distributista. Cualquiera puede dibujar una caricatura convencional de un socialista poniéndole una corbata roja. Pero nadie puede hacer una caricatura de un hombre que cree en la pequeña propiedad privada bien distribuida, porque no está familiarizado con la teoría ni con el tipo. Ningún visionario puede aventurarse a imaginar cómo sería el cabello de un distributista. Ningún poeta, mojando su pincel en los colores del terremoto y del eclipse, puede colorear la corbata del distributista. No hay imagen familiar que podamos evocar para recordar amigos y enemigos lo que queremos decir. Pero, aunque no haya bromas referentes a la pequeña propiedad, las hay referentes a mí. Comienzan con la antigua y admirable historia de que mi anticuada caballerosidad indujo a ceder mi asientos a tres damas, y siguen con una anécdota más reciente y realista de que mis vecinos se quejaron al administrador de una ruidosa fábrica local con el motivo de que "el señor Chesterton no podía escribir bien", y recibieron está tranquila respuesta: "sí, ya sabemos eso". Nadie cuya notoriedad se base en tales cuentos puede sentirse muy orgulloso de ella. No digo que mi reputación periodística sea particularmente elevada, pero debo reconocer que es probable que sea más difundida que mis opiniones sobre distribución económica. Este ideal sociológico tan natural, ha sido descuidado en Inglaterra tan ciega y totalmente, que creó con sinceridad que mi ideal normal es menos conocido que mi nombre. Es por eso que me veo inducido a emplear el nombre como la única introducción familiar a ese ideal.
Tengo la esperanza de ver invertida esa relación trabajaré en este periódico con el anhelo de que la familiaridad con el nombre disminuya, y aumente el conocimiento de la causa. Tal vez entonces una generación más feliz, que viva en un estado social más sano, se sienta intrigada por las iniciales impresas en el encabezamiento de esta página. Los sabios profesores meditaran sobre el significado de este G. K. jeroglífico; los que conserven la bárbara teoría del siglo XX las interpretarán así: "Good Killing" (Buena Matanza), mientras los que idealizan más piadosamente ese pasado, la traducirán como "Greather Knowlogde" (Mayor Conocimiento). Los estudiosos de la literatura contemporánea supondrán que forman una especie de monograma de "God and Kippling" (Dios y Kippling) o posiblemente Kipps, mientras los historiadores dinásticos probarán que no era sino una transposición de "George King" (Rey Jorge). Pero no me preocupará mucho lo que digan, siempre que sea en un país libre, donde los hombres puedan volver a poseer algo.
No hay destinos más noble que ser olvidado como enemigos de una herejía olvidada, ni mayor éxito que llegar a ser superfluo; bien esta aquel que puede ver su paradoja implantada de nuevo como un lugar común, o su fantasía desechada como una pluma cuando las naciones renuevan su juventud, a la manera de las águilas; y cuando no sea absurdo decir que la granja deba pertenecer al granjero, y ni que parezca una idea brillante sugerir que el hombre debe vivir en su casa, así como es dueño de su sombrero. Entonces, las trompetas del triunfo nos dirán quizá ya no somos necesarios.

martes, 1 de diciembre de 2009

¿Por qué creo en el Cristianismo?-G.K.CHESTERTON

¿Por qué creo en el Cristianismo?-G.K.CHESTERTON.

Traducción: Alfred Cappra (http://escritorescatolicos.blogspot.com)

Reimpreso en The Religious Doubts of Democracy (1904) (La Religión duda de la Democracia Y "The Blatchford Controversies" (in The Collected Works of G.K. Chesterton, Vol. 1) (Las controversias con Blatchford)

No es mi intención faltarle el respeto al Sr. Blatchford al decir que nuestra dificultad yace enormemente en el hecho de que él, igual que masas de inteligentes personas estos días, no entiende qué es teología. Cometer errores en la ciencia es una cosa, equivocar su naturaleza es otra. Y al leer “Dios y mi Vecino” (God and My neighbour), gradualmente vine a mi la convicción de que él cree que teología es el estudio respecto de si los cuentos sobre Dios relatados en la Biblia son históricamente demostrables. Esto es como si él tratara de probar a un hombre que el Socialismo era Economía Política, y comenzara a darse cuenta, a la mitad del camino, que el hombre pensaba que Economía Política significaba el estudio sobre si los políticos son economistas.
Es muy difícil de explicar brevemente la naturaleza de todo el estudio viviente, sería igual de difícil como explicar política o ética. Por más grande y obvia que sea una cosa, y nos mire directamente a la cara, más difícil nos es de explicar. Cualquier persona puede definir zoología (conchology) Nadie puede definir Moral.
Sin Embargo, tenemos la idea de tratar de explicar esta filosofía religiosa, que era, y que será nuevamente, el estudio de las inteligencias más elevadas, y la fundación de las naciones más poderosas, pero que nuestra pequeña civilización a olvidado por un tiempo, al igual como ha olvidado como bailar y como vestirse a si misma. Voy a tratar y explicar, por qué creo que una filosofía religiosa es necesaria, y por qué creo que el Cristianismo es la mejor filosófica religiosa. Pero antes de hacerlo, quiero que tengan en mente dos hechos históricos. No les pido que dibujen mi deducción de ellos ni ninguna deducción de ellos. Les pido que los recuerden como meros hechos a través de ésta discusión
1.- El Cristianismo se levanto y esparció en una cultura y un mundo muy cínico, un mundo muy moderno. Lucrecio fue tan materialista como Haeckel, y un escritor mucho más persuasivo. El mundo romano ha leído “Dios y mi Vecino”, y de una manera un tanto cansada pensó que era bastante verdadero. Vale la pena notar que la religión casi siempre se levanta de estas civilizaciones escépticas. Un libro reciente sobre la literatura Pre-Mahometana de Arabia describe una vida enteramente pulida y lujosa. Era tan Buda, nacida en el vigor de una antigua civilización. Así fue con el Puritanismo en Inglaterra y la Renovación Católica en Francia e Italia, las cuales ambas nacieron en el racionalismo del Renacimiento. Es así hoy día; siempre es así. Vayan a los dos centros de libre pensadores más modernos, Paris y América, y los encontrarán llenos de demonios y ángeles, de viejos misterios y nuevos profetas. El Racionalismo esta luchando por su vida en contra de unas jóvenes y vigorosas supersticiones.
2.- El Cristianismo, el cual es una religión muy mística, ha sido, sin embargo, la religión de la parte más práctica de la humanidad. Tiene lejos muchas más paradojas que las filosofías Orientales, pero también construye lejos mejores carreteras.
Los Musulmanes tienen una pura y lógica concepción de Dios, el Monista Ala. Pero él se mantiene bárbaro en Europa, y el pasto no va a crecer donde el ponga su pie. El Dios Cristiano es Trino, “la complicada trinidad”, que pareciera una contradicción caprichosa en sus términos. Pero en acción él domina la tierra, e incluso el más inteligente Oriental sólo puede combatirlo imitándolo primero. El Este tiene lógica y vive de arroz. La Cristiandad tiene misterios y autos a motor. No importa, como decía, la inferencia, registremos los hechos.
Ahora con estas dos cosas en la mente, déjame tratar y explicar lo que la teología Cristiana es.
El completo Agnosticismo es la actitud obvia del hombre. Todos somos Agnósticos hasta que descubrimos que el Agnosticismo no funcionará. Después, adoptamos alguna filosofía, la del Sr. Blatchford o la mía o la de algún otro, pero por supuesto, el Sr. Blatchford no es más Agnóstico de lo que yo soy. El Agnóstico diría que no sabe si el hombre es responsable por sus pecados. El Sr. Blatchford dice que él sabe que el hombre no lo es.
Aquí tenemos la semilla de todo el tremendo árbol del dogma. ¿Por qué el Sr. Blatchford va más allá del Agnosticismo y afirma que ciertamente no hay libre albedrío? El desea que ningún hombre sea condenado por sus pecados. Por lo tanto, el tiene que dejar a sus discípulos bastante seguros de que Dios no los creó libres, y por ello culpables.
Ninguna duda Cristiana debe correr por la mente del Determinismo. Ningún demonio debe susurrarle, en algún momento de enojo, que a lo mejor el promotor de la compañía fue responsable de fraudulentamente enviarlo al trabajo arduo (workhouse) Ningún repentino escepticismo debe sugerirle, que a lo mejor el rector del colegio fue culpable de azotar a un niño pequeño hasta la muerte. La fe Determinista debe mantenerse firme, o sino, ciertamente, la debilidad de la naturaleza humana llevará a los hombres a estar enojados cuando son calumniados o patearan de vuelta cuando sean pateados. En breve, el libre albedrío pareciera a primera vista pertenecer a lo Desconocido. Y todavía el Sr. Blatchford no puede predicar lo que para él parece caridad común sin afirmar un dogma sobre el tema. Y yo no puedo predicar lo que a mi parecer es honestidad común sin afirmar otro.
Aquí esta la falla del Agnosticismo. Que nuestra visión-diaria de las cosas que (en el sentido común) sabemos, en realidad depende de la visión de las cosas que (en el sentido común) no sabemos. Está de los más bien decirle a un hombre, como lo hacen los Agnósticos, “cultive su jardín” Pero suponga que un hombre ignora todas las cosas que están fuera de su jardín, y entre ellas ignora el sol y la lluvia
Este es el hecho verdadero. No se puede vivir sin dogmas respecto a estas cosas. No se puede actuar, por veinticuatro horas sin decidir si tener o no a las personas por responsables. La teología es un producto mucho más práctico que la química.
Algunos Deterministas imaginan que el Cristianismo invento un dogma como el libre albedrío para divertirse- una mera contradicción. Esto es absurdo. Uno tiene la contradicción donde quiera que esté. Los Deterministas me dicen, con un grado de verdad, que el Determinismo no hace diferencia en el diario vivir. Eso quiere decir – que aunque los Deterministas sepan que las personas no tienen libre albedrío, igual van y las tratan como si lo tuvieran.
La diferencia entonces es muy simple. El Cristiano pone la contradicción dentro de su filosofía. El Determinista la pone en su diario vivir. El Cristiano declara como de Perogrullo el misterio que el Determinista llama sinsentido. El Determinista tiene el mismo sinsentido para desayunar, almorzar, tomar once, y cenar todos los días de su vida.
El Cristiano, repito, pone el misterio dentro de su filosofía. Ese misterio, por su oscuridad, ilumina todas las cosas. Una vez concedido eso, la vida es vida, el pan es pan y el queso es queso; puede reír y pelear. El Determinista hace el tema de la voluntad lógico y lucido; y en la luz de la lucidez todas las cosas son oscurecidas, las palabras no tienen significado, acción ni propósito. Ha hecho su filosofía un silogismo y a él mismo un lunático incoherente.
No es una cuestión entre misticismo y racionalismo. Es una cuestión entre misticismo y locura. Por el misticismo, y el misticismo sólo, se ha mantenido al hombre cuerdo desde el principio del mundo. Todos los caminos rectos de la lógica han guiado a una especie de pandemónium, al Anarquismo o a una obediencia pasiva, a tratar al universo como una sustancia mecánica o sino como un engaño de la mente. Solamente el Místico, el hombre que acepta las contradicciones, es quien puede reír y caminar fácilmente a través del mundo.
¿Estas sorprendido de que la misma civilización que cree en la trinidad descubrió el vapor? Todas las grandes doctrinas Cristianas son de este tipo. Vean las cuidadosamente y con justicia por ustedes mismos. Tengo sólo espacio para dos ejemplos. El primero es la idea Cristiana de Dios. Justo como todos hemos sido Agnósticos así todos hemos sido Panteístas. En la divinidad de la juventud es facil decir, “¿Por qué un hombre no puede ver a Dios en un ave volando y no estar contento?” Pero después viene un tiempo en el que seguimos y decimos, “Si Dios esta en las aves, no nos dejemos ser solamente hermosos como las aves; seamos tan crueles como las aves; dejémonos vivir en la locura, roja de la naturaleza” Y algo que es sano en nosotros se resiste y dice, “Mi amigo, te estas volviendo loco”
Después viene el otro lado y decimos: “Las aves son odiosas, las flores son vergonzosas. No dare una alabanza para en ella basar al universo” Y la parte sana en nosotros dice: “Mi amigo, te estas volviendo loco”
Después viene una cosa fantástica y nos dice: “Estas en lo correcto en disfrutar a las aves, pero equivocado en copiarlas. Hay una cosa buena detrás de todas estas cosas, pero, todas estas cosas están por debajo de ti. El Universo esta en lo correcto; Pero el Mundo es malvado. La cosa que esta detrás de todo no es cruel, como un ave; sino bueno, como un hombre” Y la cosa sana en nosotros dice: “He encontrado el camino correcto”
Ahora, cuando el Cristianismo vino, el mundo antiguo acababa de llegar a este dilema. Escuchaba la Voz del Culto a la Naturaleza gimiendo, “Todas las cosas naturales son buenas. La Guerra es tan sana como las flores. La Lujuria tan limpia como las estrellas.” Y escuchaba también el llanto de los desesperanzados Estoicos e Idealistas “Las flores están en guerra; las estrellas están sucias; nada salvo la conciencia del hombre está bien, y esta está completamente vencida.”
Ambas miradas eran consistentes, filosóficas y exaltadas; su única desventaja era que, la primera lógicamente al homicidio y la segunda al suicidio. Después de una agonía del pensamiento el mundo vio el camino sano entre las dos. Era el Dios Cristiano. El hizo la Naturaleza pero El era Hombre.
Finalmente, queda una palabra por ser dicha respecto a la Caida. Solo puede ser una palabra, y es esta. Sin la doctrina de la Caída toda la idea del progreso no tiene ningún significado. El Sr. Blatchford dice que no hubo una Caida sino un ascenso gradual. Pero la misma palabra “ascenso” implica que sabes para donde estas ascendiendo. A no ser que haya un estándar en que no puedes decir si es que estas ascendiendo o descendiendo. Pero el punto central es que la Caída, como cualquier otro largo camino del Cristianismo esta formado en el lenguaje común ocupado arriba de un autobús. Cualquiera podría decir “Muy pocos hombres son realmente Varoniles” Nadie diría, “Muy pocas ballenas son realmente ballenescas”
Si quieres disuadir a un hombre de beber su décimo whisky tendrías que darle una palmada en la espalda y decirle, “Se un hombre” Nadie que desee disuadir a un cocodrilo de comer a su décimo explorador le daría una palmada en la espalda y diría “Se un cocodrilo” Porque nosotros no tenemos ninguna noción de lo que es un perfecto cocodrilo; ninguna alegoría de una ballena expulsada de su ballenesco Eden. Si una ballena se acercara a nosotros y dijera: “Soy una nueva especie de Ballena; he abandonado la (whalebone)” nosotros no debemos preocuparnos. Pero si un hombre se nos acerca (como muchos se nos acercaran muy pronto) a decir, “Yo soy una nueva especie de hombre. Yo soy el súper-hombre. He abandonado la piedad y la justicia”; nosotros debemos contestar, “Sin dudar tu eres nuevo, pero no estas cerca de ser un hombre perfecto, porque el ya ha estado en la mente de Dios. Nosotros hemos caído con Adán y nosotros ascenderemos con Cristo, pero preferimos caer con Satán, que ascender contigo”